«El que se humilla, será engrandecido»

«Dios nos pide que hagamos el bien a los demás, sobre todo a los más allegados y necesitados, como María que, siendo madre de Dios, se hizo esclava y fue a ayudar a su prima Isabel. Es indispensable que imitemos su actitud, que se pone al servicio de los demás, toma el último lugar y sabe atender al necesitado. Es por eso por lo que María es la que nos ayudará a esforzarnos por tener un corazón humilde y sencillo como el de ella.» 

«Los últimos, serán los primero»

«Se necesita el esfuerzo de cada día, de todo el día, para amar a Dios y al prójimo. El Señor nos reconocerá sólo por una vida humilde, una vida buena, una vida de fe que se traduce en obras. Estamos llamados a establecer una verdadera comunión con Jesús, orando, yendo a la iglesia, acercándonos a los Sacramentos y nutriéndonos con su Palabra. Esto nos mantiene en la fe, alimenta nuestra esperanza, reaviva la caridad.»  (Cf Homilía de S.S. Francisco, 25 de agosto de 2019).

«He venido a traer fuego a la tierra»

«En este sentido el fuego de Cristo es su deseo de que los hombres se den cuenta de cómo es el amor de Dios. La tarea de anunciar a Cristo se resume fácilmente en esto: hacer que la gente conozca a Dios que desde un principio los amó hasta el extremo.»

«Dónde está tu tesoro, ahí está tu corazón»

«Cuando Jesús dice: ‘Dichosos los siervos que el señor al venir encuentre despiertos: yo os aseguró que se ceñirá, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, los servirá’. ¡Vemos de cerca tantas veces lo grande e infinito que es el amor de Dios por nosotros! Si somos fieles y vigilantes, Él también nos concede, entonces, ver los frutos de nuestro trabajo». (Homilía de S.S. Francisco, 18 de noviembre de 2019).