«No temas, basta que tengas fe»

«Jesús, Tú le dijiste a la hemorroísa: “Tu fe te ha curado” y a Jairo: “No temas, basta que tengas fe”. ¿Qué me quieres decir a mí hoy con esto? Así como estas historias tienen detalles que las entrelazan, tal vez puedo encontrar algún detalle de este Evangelio que lo asemeje a mi vida. Una enfermedad, una petición… Señor, ayúdame a ver qué desea mi corazón hoy, qué quiero pedirte, en qué campo necesito profundizar para avanzar por mi camino de santidad. Y, ahora, una vez que me has ayudado a identificarlo, dame la gracia de escuchar tu voz que me dice: “No temas, basta que tengas fe” y dame la gracia de que así sea en mi vida durante este día.»

 

«¿Aún no tienen fe?»

«Este es el primer lugar: la inquietud de las preguntas. No tengamos miedo de entrar en esta inquietud de las preguntas, son precisamente los caminos que nos llevan a Jesús. El segundo lugar donde podemos encontrar al Señor es el riesgo del camino. Los interrogantes, incluso espirituales, si no nos ponemos en camino, si no dirigimos nuestro movimiento interior hacia el rostro de Dios y la belleza de su Palabra, pueden inducirnos a la frustración y a la desolación.» (Papa Francisco 6 de enero de 2023)

 

«¿Con qué compararemos el Reino de Dios?»

«La fe, aun cuando pueda brotar espontánea por gracia divina, requiere un gradual desarrollo. No se madura en la fe por simple acto de voluntad. Es bueno preguntarnos: ¿Cómo está el Reino en mi interior? ¿En qué etapa se encuentra? ¿Ya está lista la espiga para ser cortada, o ni siquiera ha germinado la semilla? ¿El arbusto proporciona sombra y refugio a cuantos se acercan a él, o sigue pareciendo poco más que una hierba?.»

 

«El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre»

«Al responder a la pregunta sobre su madre y sus hermanos, Jesús señala que aquellos que cumplen la voluntad de Dios son considerados su verdadera familia, una familia espiritual unida por su fe y su relación con Dios, más allá de los lazos de sangre

 

«El sábado se hizo para el hombre »

«Pidamos al Espíritu Santo que reavive en nosotros el don que llevamos dentro para vivir de cara a Dios con todos los frutos de santidad que esta relación hace germinar, y no de cara a instigar sobre los demás hermanos con ánimo de poner cargas más pesadas. El discípulo de Jesús debe tener un corazón abierto para discernir lo que es realmente de Dios y lo que nos aparta de Él porque nos endurece y amarga el corazón