“Éste es mi Hijo amado; escúchenlo”. 

Transformados por la presencia de Cristo y del ardor de su palabra, seremos signo concreto del amor vivificante de Dios para todos nuestros hermanos.

 

 

“Conviértanse y crean en el Evangelio.”

Cuando en Jesús, Dios se  hizo hombre. “Dios está cerca”  era el núcleo de su mensaje. Si  éste es el inicio y el estribillo de  la predicación de Jesús, debe ser  también la constante de la vida y  del anuncio cristiano

 

 

“Si tú quieres, puedes curarme.”

El Evangelio nos invita a asumir un espíritu creativo y renovado para transformar las raíces de nuestras enfermedades físicas, espirituales y sociales.

 

 

“Cristo nos levanta, nos sana y nos libera.”

Nos levanta para que podamos salir de nosotros mismos.

Nos sana para poder atender a otros que lo necesitan.

Nos libera para ir en busca de hombres y mujeres que viven  aún en algún tipo de esclavitud.

 

 

“El niño iba creciendo y fortaleciéndose, se llenaba de sabiduría y la gracia de Dios estaba con él.”

Que esta fiesta sea luz para nuestra familia, para que, incluso en la situación más difícil, podamos descubrir el lenguaje de la misericordia de Dios.

 

 

“Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que me has dicho”.(Lucas 1, 38)

Tal vez hoy, en este año, Dios te está llamando; puedes preguntarle una vez más qué quiere de ti. No estés en un estado de indecisión, déjate visitar por Dios y preguntarle en lo más profundo de tu corazón qué plan tiene para ti. Dos de tus días más felices de tu vida serán cuando llegaste al mundo y cuándo supiste el porqué.

 

 

“Tiempo de espera. El corazón anhela algo; más aún, anhela a Alguien.  Y ese Alguien viene. Ya está cerca”.

Contemplemos con los ojos y más aún con el corazón; y dejémonos instruir por el Espíritu Santo, que dentro de nosotros nos dice: ¡Es Él!  Es el Hijo de Dios hecho cordero, inmolado por amor ”. (Ángelus SS Francisco, 19 de enero de 2020)

 

 

“Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos”.

“Dios te avisa de su llegada para que puedas prepararte, porque en cada corazón hay lugares que se deben poner en orden, que hay que limpiar”.

 

¨Velen y estén preparados, porque no saben cuándo llegará el momento¨

El Evangelio de hoy nos invita a «mirar, vigilar y hacer». Mirar las maravillas que Dios ha creado. Todo lo bueno que hemos vivido. Vigilar cada detalle de nuestra vida de gracia. Hacer con amor y responsabilidad lo que nos toca.

¨Cuando venga el Hijo del hombre, rodeado de su gloria, acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria.¨

Claramente cada persona práctica las obras de misericordia de acuerdo a su condición de vida. Dios no le pide más de lo que puede dar, pero ese poco o mucho es la forma en la que Él nos llama a servirlo en nuestros hermanos.

¨Fijemos la mirada en lo esencial… en Aquél que hoy nos confía aquello que tenemos, aquello que somos… en Dios.¨

¿Cómo he recibido la Palabra?
¿Con el corazón abierto?
¿La he hecho brotar por el bien
de todos o a escondidas? .

¨Pidamos a Dios que nos dé un corazón que esté siempre atento y en espera para recibir la venida del Esposo del alma¨.

«Así como el aceite permanece escondido, pero sin él no hay luz, Así debe purificarse y custodiarse el corazón, el interior del hombre, precioso a los ojos de Dios; no lo externo, que desaparece… El aceite existe para ser consumido. Solo ilumina quemándose. Así es la vida: difunde luz solo si se consume, si se gasta en el servicio. El secreto de la vida es vivir para servir.»  (Homilía de S.S. Francisco, 3 de noviembre de 2018).

¨Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos¨.

¨Pensemos en nuestro corazón y preguntémonos: «¿Dónde está anclado mi corazón?». Si no estuviese bien anclado, anclémoslo allá, en esa orilla, sabiendo que la esperanza no defrauda porque el Señor Jesús no decepciona.» (Homilía de S.S. Francisco, 01 de noviembre de 2013).

¨.

¨Amarás al Señor, tu Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo¨.

¨Amar a Dios con todo lo que somos. Donarse a los demás, conscientes del don que somos.  El mandamiento del amor: un camino que seguir, no un peso que cargar¨.

¨Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios¨.

¨Los cristianos sabemos dar al César lo que es del César.
Somos honestos, también pagamos nuestros impuestos y
seguimos las reglas. Pero también sabemos que somos
ciudadanos del cielo¨.

¨Muchos son los llamados y pocos los escogidos¨.

¨Está ya tu lugar preparado. El Rey te está esperando. El hijo te está esperando. ¿Por qué tardas tanto en abrir la invitación? ¿Qué dirá aquella invitación de parte del Rey, personalizada, muy elegante? ¿Por qué te haces sordo o ciego a la invitación que te llega? ¨.

¨La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular¨.

¨Cuando venga, pues, el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?. Está aquí la gran novedad del cristianismo: un Dios que, incluso desilusionado por nuestros errores y nuestros pecados, no pierde su palabra, no se detiene y sobre todo ¡no se venga!¨.

¨Parábola de los dos hijos¨.

¨

Cristo quiere nuestro corazón y nuestra vida entera, para que trabajemos junto a Él en la viña de nuestro entorno social, para poder realizarnos dándonos a nosotros mismos y ayudando a los demás; dando testimonio de su amor.

. ¨.

¨El Reino de los cielos¨.

El rey del Reino de los cielos es Cristo.

El trono de Jesús es la cruz.

La corona de Jesús está hecha de espinas.

El lugar donde Jesús es rey es el

corazón de cada miembro de la Iglesia.

 

¨El perdón renueva, el perdón hace milagros¨.

¨Sólo el hijo que se sabe amado es  capaz de acoger verdaderamente  el perdón de su padre. ¨.

 

 

¨Todo lo que aten en la tierra quedará atado en el cielo¨.

¨Yo les aseguro también que si dos de ustedes se ponen de acuerdo para pedir algo, sea lo que fuere, mi Padre celestial se lo concederá; pues donde dos o tres se reúnen en mi nombre, ahí estoy yo en medio de ellos¨.

Toma tu cruz y sígeme”.

El que quiera venirse conmigo, que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará.

 

Tú eres el mesías, el Hijo de Dios vivo”.

Jesús es salvación,  esperanza de los que creen en Dios. Somos salvados gracias a la presencia de Dios entre nosotros, presencia que se encuentra en la persona de Jesús. Jesús es el Mesías.

 

“Mujer. ¡Que grande es tu fe!”.

El hecho de que tengamos que pedir ayuda  y sentirnos necesitados nos hace ver que no lo podemos todo nosotros solos y que Dios tiene una parte muy importante en nuestra vida.

 

“Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?”.

Confiar en Dios
significa verlo a lo largo
de nuestro peregrinar,
especialmente en los
momentos oscuros y
de dificultad.

 

La multiplicación de los panes.

¨Jesús invita a sus discípulos a hacer una verdadera
conversión desde la lógica del “cada uno para sí mismo” a la del
compartir, comenzando por lo poco que la Providencia pone a
nuestra disposición¨.

El reino de los cielos es un tesoro.

“Por eso, todo escriba instruido en las cosas del Reino de los cielos es semejante al padre de familia, que va sacando de su tesoro cosas nuevas y cosas antiguas”.

 

El trigo y la cizaña.

“… Allí será el llanto y la desesperación. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga”..

 

La parábola del sembrador.

“… En cambio, lo sembrado en tierra buena, representa a quienes oyen la palabra, la entienden y dan fruto: unos, el ciento por uno; otros, el sesenta; y otros, el treinta”.

 

”.

 

Mi yugo es suave y mi carga ligera.

¨Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga y yo les  daré alivio¨.