“Lo que mancha al hombre viene de dentro”.

«La tarea de la Ley es llevar al hombre a su verdad, es decir, a su pobreza, que se convierte en apertura auténtica, en apertura personal a la misericordia de Dios; Él lo hace todo; pero tenemos que abrirle el corazón»
(Cf Homilía de S.S. Francisco, 21 de noviembre de 2018).

“Sabemos que tú eres el Santo de Dios”.

«La comunión es asimilación: comiéndole a Él, nos hacemos como Él.  Pero esto requiere nuestro “sí”, nuestra adhesión de fe.»
(Ángelus de S.S. Francisco, 16 de agosto de 2015)

Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre”.

«Si olvidamos el bien, el corazón se encoge. Pero si, como María, recordamos las maravillas que el Señor realiza, si al menos una vez al día lo magnificamos, entonces damos un gran paso adelante» (Cf Angelus S.S. Francisco, 15 de agosto de 2020)

Yo soy el pan de vida que ha bajado del cielo”.

«No convertimos a nadie, es el Padre quien atrae. Podemos simplemente dar un testimonio de fe. El Padre atrae a través del testimonio de la fe. Preguntémonos: ¿doy testimonio con mi forma de vida, rezo para que el Padre atraiga a la gente a Jesús.» (S.S. Francisco, 30 de abril de 2020)

Yo soy el pan de vida”.

Sólo quien ha probado la dulzura de Cristo presente en la Eucaristía puede afirmar con certeza que Él sacia el hambre y la sed. Sólo así se puede exclamar: «danos siempre de ese pan».