«Su madre conservaba en su corazón todas  aquellas cosas.»

El Niño Jesús tenía bien clara su misión, de ahí que le dice a  su Madre cuando le interroga: ¿Por qué me andan  buscando? ¿No sabían que yo debía estar en la casa de mi  Padre?. Nos ponemos en manos de la Virgen  María, que guardaba todo en su corazón, para que  nos conceda la gracia de poder llevar a término nuestra misión-vocación.

«¡Bendito el fruto de tu vientre!»

«El mensaje del Evangelio es fuente de gozo: “Les he dicho estas cosas para que mi alegría esté en ustedes, y esa alegría sea plena”. Una alegría que se  contagia de generación en generación y de la cual somos herederos. Porque somos cristianos.» (S.S. Francisco, 18 de enero de 2018)

«Dichosa tú, que has creído»

¡Hoy tenemos el testimonio guadalupano!  Esta transmisión del amor nos viene compartido por la Morenita en tres momentos:

Primero: Rogó al Padre para venir desde el cielo a nuestro auxilio.

Segundo: Visitó nuestro pueblo y nos presentó a su Hijo.

Tercero: Se quedó con nosotros para poder tocar a la puerta de todos los
corazones afligidos.

«Mi alma glorifica al Señor»

«No esperemos una  oportunidad especial,  todos los días son una  oportunidad que Dios nos  regala para ser sus  discípulos misioneros,  ser verdaderos testigos  del amor en medio del  mundo, con nuestra coherencia de vida, llevando  misericordia, llevando la alegría del Evangelio