“Yo estaré con ustedes  todos los días, hasta el fin del mundo.”

La Palabra viva de Dios  necesita ser predicada  con pasión y alegría a  través del testimonio  cristiano para poder  derrumbar hasta los  muros más altos que  aíslan y excluyen.

 

 

“La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo. Reciban al Espíritu Santo.”

Si nos dejamos reconciliar en el Señor Jesús con el Padre y con los hermanos podemos estar verdaderamente en paz.

 

 

Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura.

Todo aquel que ha conocido a Dios tiene el deber personal de transmitir el tesoro que ha encontrado.

 

 

Nadie tiene amor más grande a sus amigos que el que da la vida por ellos.

Pídele al Señor que no seas ciego ante su gran amor y que empieces a ver que, cumplir los mandamientos, es una forma de amar y este amor nos libera de las ataduras del pecado. Y como nadie quiere ser esclavo, es una gran invitación a ser verdaderamente humano.

 

 

Permanezcan en mí y yo en ustedes

Para permanecer junto a Cristo debes de conocerle  y desear estar junto a Él.

Recuerda que los lazos de  amistad se fortalecen con la  convivencia, conociéndose  mutuamente.