AUMENTAR EN INTENSIDAD Y PROFUNDIDAD LA VIDA DE ORACIÓN Y LA VIDA EUCARÍSTICA
El misterio de la Eucaristía
«Cristo, sumo y eterno sacerdote, sigue ofreciéndose a sí mismo como Resucitado, y nos incluye para ofrecernos con Él como su cuerpo. Su entrega al Padre y a nosotros, entrega libre y por amor que es actualizada permanentemente en el misterio de la Eucaristía. (Cf PGP n. 127).